Un maestro en una universidad liberal, que no creía en el socialismo, preguntó a los alumnos en su clase de economía, si creían en el socialismo. A la pregunta, todos contestaron que sí. Les preguntó si ellos estaban dispuestos a apostar sus grados de calificación sobre ello. Todos contestaron afirmativamente. El profesor dijo que iban a hacer un experimento sobre la distribución de las riquezas, “la forma que lo vamos a conducir es que nos vamos a asegurar que todos reciban el mismo grado”. Siguió explicando, “Después del examen, vamos a tomar los grados de todos, no importando que tan buenos que tan malos sean, y vamos a sacar el promedio. Si sacas A, B, C, F o D, los vamos a sumar y tomar el promedio y así todos van a tener el mismo grado. Hay tres exámenes este año, y en orden de pasar este curso, todos van a tener que sacar una F o más alto”. Un poco inciertos ahora, los alumnos aceptaron.
Llegó el primer examen y todos hicieron de acuerdo a sus hábitos de estudio. Algunos de los estudiantes tenían ya un sistema de hábitos buenos en cuanto al estudio y se habían propuesto hacer lo mejor posible estudiando como de costumbre. Estos sacaron As y Bs. Otros estudiantes pensaron, ¿cuál es el punto, por qué yo voy a esforzarme tanto? Estos eran aquellos que no tenía ese sistema de hábitos buenos de hacer lo mejor. Así que, unos sacaron Cs, unos con Fs y Ds. Y cuando el maestro sumó todos los grados, todos recibieron Cs. Ahora, para aquellos que trabajaron duro, su trabajo no importó porque también recibieron Cs. Su trabajo y esfuerzo ayudó a aquellos que no se preocuparon de estudiar. A estos tampoco les importó, porque aún así sin esforzarse recibieron algo que otros trabajaron y producieron. Luego llegó el segundo examen. Aquellos que trabajaron duro estudiando pensaron, esto en realidad es estúpido, ¿por qué trabajar duro y recibir una C. Para qué vamos a trabajar duro esta vez si de todas formas vamos a recibir menos por lo que trabajamos? Los estudiantes que no se esforzaron estudiando pensaron, esto es maravilloso, nosotros no hicimos nada y recibimos Cs. Así que estos no estudiaron para el examen. Ahora, algunos por su habilidad natural e inteligencia, aún así hicieron Bs y Cs sin estudiar. Los demás no hicieron nada porque siempre hay un grupo que no se esfuerza. Estos sacaron Ds. Después que sumaron todos los grados sacaron el promedio. Una D. El tercer examen llegó…ya sabemos lo que sucedió. Los estudiantes que solo sacaban A estaban furiosos contra aquellos que no estudiaban y estaban tratando de convencerlos a que se esforzaran. Pero no lograron hacerlo, así que tampoco los estudiantes buenos trabajaron como de costumbre. Cuando los resultados llegaron, toda la clase había sacado un promedio de F. En otras palabras, la clase entera fracasó la clase de economía. Es evidente que si yo espero que otros produzcan para mi, tarde o temprano, todo se va a desboronar. (Tomado de una plática en una iglesia local).
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AuthorVictor Gonzalez - nativo de Guatemala se trasladó a los Estados Unidos en 1966. Sirvió en el Ejército Americano en Corea del Sur en 1970 a 1972 y en la Reserva del Ejército Militar en Nueva Orleans de 1984 a 1991. Trabajó en varias compañías de productos de comida local y nacional por más de 25 años y trabajó en ministerios cristianos hispanos como voluntario por más de 40 años y tiempo completo por 18 años como pastor asociado y Ministro de Alabanza. En el presente sirve ya por más de 12 Archives
Septiembre 2018
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